viernes, 23 de noviembre de 2012

¡Que bien se corre sin GPS!

¡Y sin reloj!
Esto viene a cuenta de que hace un par de días  se rompió la correa de mi Garmin FR 110. O sea el reloj con GPS que me agencié hace año y medio más o menos y que no he dejado de llevar puesto ni un solo día desde entonces.

Tengo que decir que como reloj de pulsera ha cumplido su función perfectamente, con el añadido de que, al conectarse a los satélites, siempre marca la hora exacta. Como gadget para correr, pues también se ha comportado de acuerdo a lo esperado. 
Me fastidia que se haya roto la correa porque no es de las que se pueden cambiar por otra, ya que forma parte del propio cuerpo del reloj. Así que he llamado al teléfono de Garmin y me han dicho que les envíe la copia de la factura y supongo que me cubrirá la garantía. Pero eso ya lo contaré en su momento. A ver como acaba el asunto.

Total que esta tarde, por primera vez como digo desde hace año y medio, me he ido a correr un rato sin mi Garmin en la muñeca. Al principio me he sentido como desnudo. Lo confieso. Pero enseguida he empezado a disfrutar de las ventajas de correr sin aparatejos encima:

Zona del parque del agua por la que suelo entrenar por las tardes en esta época del año.
Nada más salir de casa ya te evitas el rato que hay que esperar quieto a que el cacharrito localice los satélites. No es mucho tiempo, pero un minuto o dos plantado en medio de la calle cuando hace frío se hace bastante largo. Luego durante todo el trayecto, al no estar pendiente del ritmo que llevas, ni de los km, ni del tiempo, ni de nada, pues va uno mucho más relajado. No tiene nada que ver.

Conclusión:
No digo que estos trastos no tengan su utilidad en ocasiones, pero para salir a correr un rato por ahí, la verdad es que no hacen falta para nada. Más bien estorban. Y eso que el articulillo  titulado "Mi Garmin FR 110. Sencillo y eficaz", en el que contaba las bondades del mismo, ha sido y sigue siendo de lejos, el más visitado de este blog. Pero eso fue hace ya un año y medio.