Este sábado pasado se celebraba la 3ª carrera 10K nocturna en Barbastro. Me apunté sin dudarlo por cuatro motivos:
- Ese fin de semana estaba en Barbastro.
- Me gusta correr.
- Era una distancia asequible.
- Era la primera carrera nocturna en la que participaba.
Las calabazas gigantes fueron la gran atracción.
Lo del tomate rosa son palabras mayores. Soy un devorador compulsivo de este manjar de la huerta del Somontano. Recomendable 100%
Por la tarde tenía que ir a recoger el dorsal y demás a la Ferma. Se daba la circunstancia de que durante dos días se exhibía en el recinto la copa del mundial de futbol que ganó España el año pasado. Desde que se enteraron mis hijos la noche anterior casi no pegan ojo. Uno de ellos me dijo, -¡Papá, creo que va a ser el momento mas emocionante de mi vida! Quizá exageraba un poco.
Llegó la hora de la carrera y me presenté en la linea de salida. Saludé a Manu, Raul, Javi Sam, que estaba como pez en el agua en su papel de speaker, etc.
Me pareció que la señal de salida fue el clásico "preparados, listos... ¡YA!" Así que.. "p'alante". El recorrido era bastante enrevesado y en algunos tramos lo de "nocturno" se convertía casi en "a oscuras", pero bueno. Eso sí, había gente animando y haciendo fotos. Por cierto si alguien tiene alguna foto o ha visto alguna donde salga agradecería que me la enviase.
En cuanto a la carrera en sí, he de decir que no me encontré nada fresco en ningún momento, la verdad. Intentaba mantener un ritmo de en torno a 5 min/km, que ya había hecho en otras ocasiones, pero me costaba mas esfuerzo de lo normal. Para colmo mi Garmin falló a los dos o tres km y se reinició. Nunca me había dejado tirado de esa manera. Tras esa traición nunca volveré a mirarlo con los mismos ojos. Con lo bien que iba nuestra relación. Son cosas que pasan. Lo volví a activar pero ya sólo para ver el ritmo.
En cuanto a la carrera en sí, he de decir que no me encontré nada fresco en ningún momento, la verdad. Intentaba mantener un ritmo de en torno a 5 min/km, que ya había hecho en otras ocasiones, pero me costaba mas esfuerzo de lo normal. Para colmo mi Garmin falló a los dos o tres km y se reinició. Nunca me había dejado tirado de esa manera. Tras esa traición nunca volveré a mirarlo con los mismos ojos. Con lo bien que iba nuestra relación. Son cosas que pasan. Lo volví a activar pero ya sólo para ver el ritmo.
Antes de mitad de carrera le eché el ojo a un corredor que iba unos metros por delante y que parecía estar en una situación similar a la mía. Lo alcancé y me puse a su par. Me dijo que lo estaba pasando mal por que le había dado flato y no se le iba. Yo a su vez le comenté que no iba nada bien. El caso es que, entre algún comentario sobre la carrera y demás (pocos porque no estábamos para malgastar fuerzas) llegamos juntos hasta la meta. Fue una gran ayuda para mi. Gracias Jose Mari.
Llegué exhausto. Suerte que había, a parte de botellines de agua, que no me apetecían en absoluto, rodajas de sandía fresca en cantidad. Después de comerme cinco o seis raciones empecé a recuperarme un poco. Le había dicho a mi mujer que viniera a recogerme andando con una chaquetilla y ya está. Craso error. En la vuelta a casa con la sudada que llevaba me quedé helado. Ahora empiezo a salir del medio catarro que pillé.
Conclusión:
"No hay que menospreciar ninguna carrera por corta o fácil que parezca: Todas pueden hacerse duras"